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Instrucciones de alta: respiración controlada para la EPOC

Si tiene problemas pulmonares, es posible que le resulte difícil respirar profundamente. Aprender a hacer una respiración controlada permite que llegue y salga más aire de sus pulmones. Esto lo ayudará a aliviar la falta de aire. La respiración abdominal (respiración diafragmática) le ayuda a respirar usando el diafragma. Este es un músculo grande que cumple una función importante en la respiración. Está ubicado debajo de los pulmones. Y separa el pecho del abdomen.

Cuidados en el hogar

Siga estos pasos para usar la respiración controlada:

  • Siéntese en una silla cómoda. O acuéstese boca arriba con una almohada debajo de la cabeza y las rodillas flexionadas.

  • Relaje los músculos del cuello y los hombros.

  • Coloque una mano sobre el estómago. Coloque la otra mano sobre la parte superior del pecho.

  • Inhale lentamente por la nariz lo más profundamente que pueda durante 2 segundos. A medida que inhale, el abdomen deberá empujar la mano. El pecho debe permanecer quieto.

  • Exhale lentamente con los labios juntos, como si estuviera apagando una vela (es decir, con los labios fruncidos). La exhalación debe durar 2 o 4 veces más que la inhalación. Deberá sentir que los músculos de su estómago se mueven hacia adentro.

  • Repita los pasos anteriores hasta que se sienta relajado. O hasta que no tenga dificultad para respirar.

Hombre sentado en una silla respirando con los labios semicerrados en forma de “u”.Hombre sentado en una silla inhalando por la nariz.Hombre sentado en una silla exhalando por la boca.

Atención de seguimiento

Programe una cita de seguimiento con el proveedor de atención médica como se le indique.

Cuándo llamar al proveedor de atención médica

Llame al proveedor de atención médica de inmediato si nota algo de lo siguiente:

  • Falta de aire que no mejora con los ejercicios de respiración controlada ni con los medicamentos

  • Sibilancias o tos

  • Mayor cantidad de mucosidad

  • Mucosidad de color amarillento, verdoso, con sangre u olor desagradable

  • Escalofríos

  • Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según le indique el proveedor de atención médica

  • Opresión en el pecho que no disminuye con el medicamento habitual

  • Ritmo cardíaco irregular

  • Hinchazón en los tobillos

  • Dificultad para continuar con sus actividades habituales

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